sábado, 14 de mayo de 2011

Florencia- Pisa (26/04/2011)

No podemos creer que el despertador ya haya sonado y con mucho sueño y sonámbulas por el camarote, nos vestimos y vamos a desayunar. La coordinación entre nosotros es mejor y por fin quedamos a las 7.45 en la cola para coger los tickets para desembarcar. Ese día vamos a visitar Florencia y Pisa. Cuando bajamos del barco nos encontramos una cola muy larga para ir al autobús que nos llevará a Florencia donde nos espera nuestro guía. No tardamos mucho, entramos en el segundo autobús. Después nos montamos en otro autobús de la compañía de excursiones que tenemos contratada. Durante el camino, una hora y cuarto aproximadamente, nos quedamos todos dormidos.

Llegamos a nuestro destino y allí nos encontramos a nuestra guía y compramos unas radios para entender las explicaciones sin estar al lado de la guía todo el rato. Andamos un poco hasta llegar a una plaza donde hay una Iglesia y allí nos detenemos para que quien quiera ir al servicio. Mientras que viene todos nos hacemos fotos.

Luego continuamos y vamos andando por las calles de Florencia hasta toparnos con otra iglesia en la que la guía nos dice que entremos, pero que a ella no le permiten el paso. De todas formas ellas nos va hablando desde fuera y nosotros los escuchamos por los auriculares. Supuestamente no se podía hacer fotos, pero hubo uno que las hizo y se llevó la bronca del año.

Seguimos nuestra visita guiada por sus calles hasta toparnos con unos de los palacios más grandes de Florencia. La fachadas del palacio son impresionantes, nada más entrar por una de las grandes puertas no puedo evitar imaginarme cómo sería vivir en aquel palacio hacía unos trecientos o cuatrocientos años. Seguimos nuestro camino descubriendo Florencia hasta llegar a otra plaza, la Piazza della Republica, en la cual se entra por un arco. A lo lejos nos indica la guía que se encuentra el monumento que indica que estamos en el centro de la ciudad.

Llegamos al puente más famoso de la ciudad, el Ponte Vecchio el que data de la época medieval, pero que se remodeló en el renacimiento. Las tiendas que se encuentra en el puente son de joyeros, pero antes de su remodelación era de peleteros. Después de hacernos fotos y demás, nos dirigimos hacia la izquierda donde podemos tener una vista hermosa del puente y sus casa de colores. Luego nos encontramos con otro edificio, no recuerdo en nombre pero hay estatuas de hombres muy famoso como Macchiavelli

Finalmente llegamos a la Piazza de la Signoria donde está la réplica del David de Miguel Ángel y otras obras maestras, todas ellas desnudas, por ese motivo la plaza se le da ese nombre porque antiguamente no se les permitía a las mujeres entrar en esa plaza.

Por último llegamos a la catedral de Florencia. Impacta mucho esta gran catedral, de nombre Santa Maria del Fiore, la cual está vestida completamente de mármol blanco y verde. Aquí la guía nos pregunta que qué es más alto o la torre o la cúpula. La cúpula es más alto, aunque no lo parezca. Junto a la catedral encontramos el baptisterio. Aquí la guía nos deja algún rato libre, así que compramos recuerdos. Dos inmigrantes nos cogen por banda y nos vende pinturas muy baratas. También nos recorremos unos puestos que hay justo al lado donde tienen cosas muy bonitas. Yo me compré un cuaderno de cuero con el sello de Florencia, la flor de lis.

Ya terminamos nuestra visita a Florencia. Ahora nos dirigimos a Pisa, pero es otra hora y media de camino, la cual aprovechamos para comer en el autobús y para dormir. En Pisa no tenemos guías, pero no pasa nada porque vamos con todo el autobús.

Pisa es una ciudad pequeña y lo único interesante es la torre inclinada así que nos dirigimos hasta allí todo el grupo. Nos hacemos fotos de mil maneras distintas, nos metemos en el césped del que tenemos que salir huyendo porque nos echa un policía. La verdad es que impresiona bastante la torre inclinada, me la esperaba menos inclinada de lo que estaba en realidad.

De vuelta al autobús nos detenemos en otros puestos y compramos pastas y algún que otro recuerdo.

Media hora después estamos de vuelta del barco. De nuevo no tenemos tiempo para nada, sólo para comer algo en el Grill, ducharno para estar a punto para el espectáculo en el salón Broadway. Esa noche era la noche del terror, así que me dan un susto de muerte al entrar para ver el espectáculo. Algunos de nosotros se disfrazan, pero nosotras no porque no tenemos qué ponernos, sólo ir de negro.

De nuevo la cena se convierte en lo mejor de la noche y es donde cantamos y nos reímos más. La cena como siempre exquisita y yo acabé casi para reventar. No tenemos cuerpo para muchas fiestas, pero vamos un rato a beber y bailar algo en la discoteca y en el salón Rendez- vous. Esa noche nos acostamos temprano porque al día siguiente nos queda otro día largo. Vamos a la Gran Roma Imperial.

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