martes, 3 de mayo de 2011

23 de Abril. Por fin partimos.

Bueno, pues esa mañana nos levantamos temprano. Yo soy una de las personas que me despierto antes porque le ruido de la noche no me ha dejado dormir ni tampoco los ronquidos de uno de nuestros inquilinos.

Nos vestimos, preparamos las maletas y después salimos a desayunar. Por mi parte sólo como un tazón de cereales con chocolate, zumos y café con leche. Cuando ya estábamos todos preparados para salir del albergue, entregamos las llaves y nos dirigimos a la Plaza de Colón andando. Tardamos unos diez a quince minutos y allí cogemos el autobús que nos deja en el puerto de Barcelona.

Escalante y yo pensábamos volver de nuevo a Barcelona porque era el día del libro allí, pero al final decidimos quedarnos en el barco y embarcar junto a con los otros porque volver de nuevo supondría unos cuatro euros más. Menos mal que no volvimos porque en verdad tardamos mucho en embarcar. En la terminal vemos otros grupos que a igual que nosotros se van de viaje de fin de carrera. Todos llevamos camisetas iguales. Las nuestras llevan una inscripción por detrás en el que pone: "los conjunter@s viajer@s nos vamos de crucero" y por delante una ancla. Las camisetas quedan muy bien.

A las doce y media del mediodía nos llaman para que embarquemos y nos subimos la barco. Antes nos hacen una foto a todo el grupo. Una vez en la recepción (cubierta 4) nos mandan a la cubierta 3 y es donde encontramos nuestras maleta, las cogemos y nos dirigimos a nuestro camarote.

Este es pequeño. Una cama y una litera, una baño muy pequeñito, un armario y un tocador, pero después de todo no nos falta de nada. Deshacemos las maletas para que no se arruguen los vestidos, llamamos a los demás por el teléfono y quedamos para ir a comer algo al buffet libre que se encuentra en la cubierta 11.

Comimos muy bien (espaguetis a la carbonara y una ensalada) para después ir a descubrir la piscina y ver de lejos Barcelona. Cuando vamos al bar a pedirnos un mojito nos quedamos a cuadro cuando nos piden el carnet de identidad, así que nos quedamos con las ganas.

Decidimos ir a ponernos el bikini para ir a tomar el sol y hacernos fotos. Cuando subimos otra vez descubrimos que hace frío, pero al menos podemos pedir algo de beber. En la cola de la barra conocemos a unos ingenieros de Sevilla.

A las seis sale el barco del puerto de Barcelona y dan la alarma para que bajemos a los camarotes para ir a buscar nuestros salvavidas y hacer el simulacro por si pasa lo peor. A continuación nos van organizando y nos dan instrucciones. Una vez que terminamos el simulacros nos vamos al camarote y nos preparamos para la noche. Esa noche decidimos ir al Broadway que hay un espectáculo. Nos presentan los espectáculos que se van a realizar durante esa semana y nos reímos mucho. A las 10.15 tenemos nuestro turno de cena para esa noche.

Nuestra mesa es la 132 y nuestros camareros va a ser Nelson de Colombia y Thais de Brasil. Los dos son muy simpáticos e incluso, Nelson, nos sugiere menú. Yo decido coger la crema de calabaza como entrante, lacitos de principal y panna cotta de postre. Tenemos una agradable cena y nos quedamos algo harta de comer esta maravillosa comida.

Una pequeña anécdota fue cuando Escalante pidió bistec y no le gustó porque tenía la carne un poco cruda. El pobre Nelson cuando vio el plato entero le quiso poner otra cosa, pero ella le dijo que no.

Una vez terminados de comer nos fuimos a la discoteca y allí estuvimos bebiendo y bailando hasta cerca de las tres de la mañana. Nosotras tres nos fuimos a dormir. Yo estaba algo cansada porque en dos días sólo había dormido unas cuatro o séis horas. Nada más tumbarme en la cama quedé rendida al sueño. Había terminado mi primer día a bordo.

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